En los primeros intentos de los españoles de explorar y colonizar Florida encontraron grandes dificultades debido al clima y a la población indígena. La primera colonización permanente se consiguió con la fundación de San Agustín en 1565 y se extendió al interior de Florida a través del establecimiento de las misiones franciscanas. En 1698, España establece la segunda colonia de Florida, en Pensacola. Inglaterra y Francia competían por el control de la colonia española y suponía una constante amenaza a los establecimientos de las colonias españolas fronterizas de Florida. Los británicos ganaron control de Florida en 1763, devolviéndola de nuevo a España, tan solo 20 años más tarde en 1783. El segundo período español experimentó el influjo de una gran diversidad étnica. Debido a las deudas que iban en aumento y a la presión de los Estados Unidos, España cedió Florida a los EEUU en 1821. El efecto de casi tres siglos bajo dominio español, dejó su huella y hoy, la herencia colonial española en Florida sigue siendo una de las características que más definen este estado.
Localizada por accidente, durante el viaje exploratorio de Juan Ponce de León por el oeste de Puerto Rico y a través de las Bahamas en 1513, Florida fue pronto el foco de atención de los primeros exploradores europeos y colonizadores del sudeste de los Estados Unidos. Cuando Ponce de León volvió a las costas de Florida, ocho años más tarde, con dos embarcaciones coloniales, fue rechazado y herido mortalmente durante los ataques de las tribus indígenas, al poco tiempo de haber desembarcado.
Aunque la expedición colonial de Ponce de León en 1521 fracasó, fue solamente el primero de una serie de seis intentos infructuosos de los colonizadores españoles, que precedieron el establecimiento de San Agustín en 1565. Al desembarco inicial de Ponce en 1513 le siguieron: Lucas Vázquez de Ayllón en 1526, Pánfilo de Narváez en 1528, Hernando de Soto en 1539, Fray Luís Cáncer en 1549, y Tristán de Luna y Arellano en 1559. La fundacion de San Agustín en 1565 por Pedro Menéndez de Avilés, obtuvieron el primer éxito de la colonización española de Florida. Mientras que el esfuerzo inicial por colonizar fue financiado privadamente, a partir de 1570, un "situado" anual, o estipendio de la Corona española, mantenía la colonia que de otra forma, no era rentable para el extenso impero español.
Establecimientos permanentes y las primeras misiones
Los primeros años de la Florida española, bajo el mando de Menéndez, fueron caracterizados por una rápida expansión militar, tanto al norte como al sur de San Agustín. Una hilera de fuertes costeros se extendían alrededor de la punta sur de la península de Florida y otra línea de fuertes avanzaba por el interior, hacia el noreste, desde Santa Elena, atravesando las cumbres de los Apalaches. Debido a la resistencia cada vez más extendida de los nativos americanos, todas las colonias de Florida fueron destruidas o abandonadas a excepción de las ciudades portuarias gemelas de San Agustín y Santa Elena en 1570, como consecuencia del abandono de Santa Elena en 1587, San Agustín permaneció el centro principal de la Florida colonial española durante el resto del primer período español (1513-1763).
A partir del 1587 fueron los misioneros franciscanos en lugar de oficiales gubernamentales o militares, los que llevaron la expansión española desde San Agustín. Hacia finales del siglo XVI habían avanzado hacia el norte a lo largo de la costa, atravesando el nordeste de Florida, hasta el litoral del actual Georgia. A mediados del 1630 los misioneros se habían extendido hacia el oeste hasta la provincia Apalache, actualmente Tallahassee. Uno por uno los jefes de las tribus indígenas se unieron voluntariamente al sistema colonial español en expansión. Mientras que no más de 3,000 soldados españoles y colonos vivían en la ciudad portuaria de San Agustín, más de 30,000 nativos americanos cristianizados vivían aun en cientos de comunidades indígenas dentro de las provincias misioneras de Apalache, Timucua, Mocama y Guale. Todos unidos formaban parte de una extensa red de sociedades regionales y locales bajo el amparo administrativo del San Agustín español. Las misiones estaban económicamente unidas por intercambio tributario de mano de obra y productos comestibles, especialmente maíz. Los jefes herederos, gobernaban los asuntos locales seculares dentro de las provincias misioneras, mientras que el cuidado espiritual de los nuevos cristianos estaba a cargo de los misioneros franciscanos que en solitario, estaban distribuidos por la amplia región. A mediados del siglo XVII la Florida española se había transformado en una sociedad colonial de gran variedad étnica, con menos del 10% de la población de inmigrantes (sobre todo españoles y africanos) que vivían predominantemente en San Agustín, y más del 90% de la población indígena que se extendía a través del norte de Florida hasta el sudeste de Georgia. Las rutas de tierra y agua, tanto en el interior como marítimas conectaban esta sociedad colonial, facilitando las comunicaciones y el comercio y esto contribuyó al primer éxito de la penetración europea, en el sudeste de los Estados Unidos.
Dos factores – esclavitud y enfermedades – condenaron por último el sistema del siglo XVII. Pérdidas de población esporádicas durante el período misionero, afectaron negativamente la producción del maíz, no teniendo lo suficiente para abastecer las misiones y la guarnición militar de San Agustín. Los habitantes de poblados pequeños y de misiones se trasladaron a centros de misiones más grandes a lo largo de las rutas principales de transporte. Desde el 1661 hasta los comienzos del siglo XVIII los grupos de indígenas aliados a los ingleses, como los westo, yamasee y creek, invadieron agresivamente el territorio español. Ellos esclavizaron y asesinaron a miles de nativos americanos que habitaban en las misiones en una campaña para adquirir ganancias económicas y territoriales. Estas redadas, auspiciadas por los ingleses, precipitaron la pérdida total de poder del sistema español de las misiones de Florida en el 1706. Posteriormente hasta las provincias no cristianizadas del sur de Florida fueron casi exterminadas y en 1711 las ciudades de San Agustín y La Habana, Cuba, se vieron inundadas de refugiados. Estos invasores llegaron a acosar al recién establecido "presidio", Santa María de Galve, en Pensacola, en el extremo oeste de la Florida española, fundado en 1698 y que servía como resorte para repeler la intrusión francesa que venía por el corredor del río Mississippi.
Campo de batalla de la época colonial
En la segunda década del siglo XVIII, el interior de la Florida española fue encuadrada entre dos comunidades coloniales de guarniciones militares – San Agustín en el este y Pensacola en el oeste. En 1715, sin embargo, se extendía cada vez más la "Guerra de los Yamasee" en contra de las colonias británicas del sudeste, transformando el interior de Florida. Las misiones desocupadas del interior comenzaron poco a poco a ser dominadas por cazadores y comerciantes de las tribus de nativos, llamados creeks, muchos de los cuales eventualmente formaron el núcleo emergente de los indios seminoles. En respuesta a estos hechos, la corona española restableció San Marco de Apalache en 1718, a través de la costa del Golfo, al sur de la moderna Tallahassee. Más al sur, los pescadores cubanos, navegaban cada vez con más frecuencia las aguas costeras del sur de Florida contratando y comerciando con las restantes poblaciones de indígenas de los calusa y otros grupos que vivían en los cayos de Florida y sus alrededores.
Perido britanico
La agresión británica desde el norte continuaba. El anterior territorio español en la zona costera de Georgia cayó bajo el control británico después del 1733 y San Agustín fue virtualmente destruida en 1740 durante la "Guerra de Jenkins Ear". Las redadas de los creeks, bandas de indígenas aliados a los ingleses, aumentaron durante la "Guerra de los Siete Años" (1756-1763) contra el resto de las comunidades españolas e indígenas.
Como consecuencia del Tratado de Paris en 1763, España entregó finalmente Florida a los británicos a cambio de La Habana, Cuba, provocando un éxodo masivo del resto de la población española, de las tres únicas colonias que habían sobrevivido, de Florida (San Agustin, San Marcos y Pensacola). Los grupos de indígenas aliados a los españoles huyeron a Cuba y a México.
Segundo período español
El interés español por Florida nunca desapareció durante el periodo británico (1763-1783). La pesca cubana continuaba sin interrupción a través de la costa sudoeste de Florida así como el servicio de inteligencia rutinario recogido por las tribus creeks, aliados de los españoles, en la costa del Golfo y en las colonias de los menorquines católicos en New Smyrna, a lo largo de la costa Atlántica. Los británicos dividieron la administración de Florida entre dos zonas, Florida del este con San Agustín como la capital y Florida oeste con Pensacola como capital. Después de la declaración de guerra de España contra los británicos en 1779, las capturas sucesivas de la Mobile británica y Pensacola en 1780 y 1781 facilitaron el camino para que España reclamase el este y oeste de Florida en el Tratado de Paris en 1783. Durante este segundo período español (1783-1821) España fomentaba la inmigración de los colonos de otras nacionalidades en Florida, mientras que a la vez intentaba fortalecer las relaciones comerciales y diplomáticas con las tribus Creeks y Seminoles a través de la firma británica Panton, Leslie & Company. El número de los seminoles se incrementaba en el interior de Florida con la inmigración de los creeks. Los esclavos africanos que se evadían de las colonias americanas del norte eran también recibidos como hombres y mujeres libres. Durante el mismo período el número creciente de colonizadores anglo americanos iba atenuando cada vez más el carácter español de la colonia, incluyendo el establecimiento de las "Repúblicas" del oeste y el este de Florida que duraron muy poco tiempo, del 1810 al 1812. El General Andrew Jackson dirigió una incursión hacia el interior de la Florida española en 1814 derrotó la flota británica que se resguardaba en la bahía de Pensacola. Estos ataques fueron el comienzo de la decisión española de ceder todos los territorios de Florida a los Estados Unidos a cambio de la cancelación de las deudas adquiridas en 1821.
Aunque la expansión colonial del establecimiento español permanente de Florida fue gradual y limitada en extensión, la presencia colonial española en Florida dejó una marca indeleble en el paisaje y ha dejado un efecto profundo en el curso de la historia de este estado. Hacia el final del período colonial español en 1821, Florida había sido reclamada por España durante 288 años. En el 2009 Florida habrá pasado solamente 188 años como territorio y estado americano. Mientras que la Florida moderna del siglo XXI aumenta en su variedad étnica, se hace cada vez más importante que entendamos y conmemoremos nuestra herencia colonial española.