Debido a que todo el traslado de personas, provisiones y poder militar se hacía en embarcaciones por mar y ríos, el factor que más influía al decidir adonde establecer una colonia o que defender, era la cercanía a las bahías protegidas, los ríos y ensenadas que ofrecían seguridad. Desde un puerto seguro, la colonización se podía extender al interior, ya que la construcción y el mantenimiento de caminos para el traslado de provisiones en carretas y animales era excepcionalmente difícil.
Florida estuvo bajo el control español por casi 300 años a excepción del lapso de 20 años que estuvo bajo control británico. San Agustín fue el centro administrativo desde 1565, situado en la “Ruta de las Indias” (Highway of the Indies) ahora conocido como la Corriente del Golfo (Gulf Stream) que impulsaban las flotas que llevaban las riquezas del Nuevo Mundo hacia los puertos españoles. Aquí se encuentra el formidable castillo San Marcos, y los fuertes más pequeños de Matanzas al sur y Mosé al norte, que controlaban la bahía, la ensenada y los ríos afluentes. El castillo es el fuerte de construcción más antiguo y la única fortaleza de la nación del siglo XVII. Pensacola, en la Costa del Golfo, fue el foco de la colonización española que comenzó con el fracasado intento de Tristán de Luna en 1559. La entrada de la bahía de Pensacola estaba custodiada por varios fuertes españoles incluyendo el fuerte de San Carlos de Austria (1698-1719) y el fuerte San Carlos de Barrancas (1787-1814, reconstruido en 1817).
A principios del 1700 se construyeron en ambas márgenes del rió San Juan (St. Johns River), los fuertes San Francisco de Pupo y Picolata, para guardar el paso del rió del Camino Real, y defender el río al sur de San Agustín. A finales del siglo XVII, algunas misiones tuvieron sus propias fortificaciones, como la misión de San Luís de Apalache, en la actual Tallahassee, el fuerte San Marcos de Apalache, en la costa del Golfo, al sur de Tallahassee, establecido en 1679, para defender las entradas de los ríos San Marcos (St. Marks) y Wakulla y de la región interior de Apalache. La historia de la destrucción, el abandono y la recuperación por varios gobiernos es típico de los remotos fuertes de Florida que fueron tan difíciles de mantener, como de defender.
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