Por Julie Deily
Hace casi siete años, Curtis y yo visitamos San Agustín durante un fin de semana largo. Ambos habíamos visitado la ciudad con anterioridad pero era la primera vez que lo hacíamos juntos.
Tenemos unos recuerdos maravillosos de ese viaje. No teníamos mucho dinero pero aun así la pasamos fantástico. De modo que cuando se presentó la oportunidad años después de trabajar con VISIT FLORIDA y regresar a una de nuestras ciudades favoritas de la Florida, no dejamos pasar la ocasión.
San Agustín es una de las ciudades más antiguas de América del Norte: acaba de celebrar su aniversario 450 el año pasado. Está repleta de historia que se puede palpar y observar, ¡y de estupenda comida! Cada vez que visitamos no podemos esperar para regresar.
La vista del balcón de nuestra habitación en el Hilton St. Augustine Historic Bayfront Hotel es insuperable y abarca la bahía y el puente de los Leones, algo que definitivamente no se puede dejar de ver.
Otro lugar que es obligación visitar es el Spanish Bakery Cafe en la calle St. George, donde sirven unas empanadas, sopas y pasteles para morirse. ¡Los pasteles de guayaba y queso crema me ponen a soñar!
El café ha estado en la calle St. George desde hace más de 37 años y es un lugar favorito tanto de los residentes como de los visitantes.
Algo que no puedo resistir son los camarones con polenta, y Catch 27 de hecho sirve croquetas de polenta. Es un lugar muy casual con estupendos platos de mariscos.
Los platos de pescado siempre los preparan con los más frescos pescados locales. La pesca del día era róbalo preparado estilo picatta y estaba tan sabroso que definitivamente voy a tratar de duplicar la receta.
También visitamos la exhibición aviaria en el St. Augustine Alligator Farm Zoological Park. Nunca había visto nada semejante. Al haber tantos caimanes y cocodrilos, los depredadores naturales no se acercan por lo que hay una enorme cantidad de aves raras que viven y se reproducen en el parque zoológico. Fue en verdad impresionante de ver.
La gira por Flagler College tour, que usualmente hacen dos veces al día, dura una hora y bien merece los $10 que cuesta. Cuando terminó, Curtis y yo sentimos que nos hubiera gustado asistir a esa universidad por toda la historia que la rodea y por su belleza.
El edificio principal de la universidad es el antiguo hotel Ponce de León, construido por Henry Flagler, amigo personal de Louis Comfort Tiffany quien hizo los vitrales del comedor.
Los estudiantes almuerzan en ese salón todos los días rodeados de la colección más grande de cristal Tiffany que todavía se usa.
La construcción del hotel se terminó en 1888. Para poder hospedarse, los huéspedes tenían que pagar $4,000.00 por la temporada invernal completa (3 meses) a su llegada, lo que en moneda de hoy día serían $100,000.00.
Frente a Flagler College está Hot Shot Bakery & Cafe, definitivamente un lugar que merece una visita. Prácticamente todo lo hacen desde cero, como el pavo asado que usan para preparar el sándwich de pavo y aguacate.
Otra ventaja al viajar es la estupenda comida que uno se encuentra. Una de las desventajas es encontrar comida exquisita y añorar poder comerla de nuevo. Con este viaje fue igual. Mientras disfrutaba mi sándwich de pavo, sentía no vivir a corta distancia del Hot Shot Bakery.
El restaurante también es conocido por sus chiles habanero con chocolate (que no fui lo suficientemente valiente para probar) y sus panecillos con canela que se desvanecen en la boca y que recomiendo altamente.
Aun después de haber comido tanto, comimos ¡todavía más! durante una caminata de tres horas dedicada a la comida organizada por St. Augustine City Walks.
Los pierogis polacos y los gofres de Gaufres and Goods también son para morirse. Gofres son waffles belgas y en este lugar hacen los mejores que nunca haya comido.
Durante la caminata, también hicimos una parada en Athena Restaurant. Quiero regresar a ambos de estos lugares la próxima vez que visite la ciudad.
La última parada de la gira fue Claude's Chocolates, el mejor lugar posible donde concluir la caminata. Tienen unos helados muy cremosos y también probamos sus chocolates.
Cuando llegó la hora de visitar el faro, construido en 1871, tuve que esforzarme para poder subir sus 219 escalones. Cuando llegamos arriba, nos vino a la mente los custodios que lo han cuidado a través de los años y las labores que harían día tras día, y las veces que seguramente subían y bajaban esas escaleras a diario. Pero valió la pena ya que la vista es espectacular, ¡y ahora visitar faros se ha convertido en una de mis actividades favoritas!
Tenía que parar en cada descanso para recuperar el aliento y aprovechaba el momento para ver el progreso del resto del grupo en su intento por llegar arriba.
¡Hora de comer de nuevo! Los sándwiches cubanos de La herencia Café son estupendos y el puerco asado divino.
El castillo de San Marcos, un parque nacional designado, es una visita indispensable que data del siglo XVIII. Construido de piedra de coquina, es la fortaleza de mampostería más antigua de EE.UU. y resulta una visita muy interesante.
El aperitivo de panceta de The Floridian siempre me pone a soñar, aun después de haber visitado restaurantes durante una caminata de tres horas como fue el caso hoy. Afortunadamente, habíamos ido más temprano a ver el menú y nos dijeron que no tomaban reservaciones, solo una llamada antes de llegar. Nos alegramos mucho de haber llamado cuando fuimos a la hora de la cena y vimos que estaba repleto de gente que esperaban por una mesa.
Para hacer compras, el mejor lugar es Red Pineapple en la calle St. George. Tienen tantas cosas originales que no es fácil resistirse.
Y normalmente los restaurantes de los hoteles no inspiran a decir mucho sobre ellos, ¿no es cierto? Sin embargo, el restaurante Aviles en nuestro hotel me impresionó. El chef Chris de verdad se esmera, empezando con el aperitivo de jaiba que ordenamos. Curtis y yo ambos ordenamos bistec y fue la gloria.