By Saundra Amrhein
 

Falta más o menos una hora para que empiecen a bailar de verdad en Tampa, pero ya hay unas 40 personas alineadas en fila a lo ancho de la amplia pista de baile.

Las luces están encendidas y dejan ver los encumbrados techos y las altas ventanas arqueadas de complicada artesanía en madera. Los bailarines se agitan en silencio impaciente —algunas damas ataviadas con blusas de lentejuelas, faldas ajustadas y tacones de aguja centelleantes; los caballeros en pantalones cargo o de mezclilla y camisa— mientras aguardan la palabra de su director.

“¡Vamos! ¡Desde el principio!”, indica el instructor invitado de Orlando, Sean Wilson, desde la cabecera del grupo cuando su ágil y tonificado cuerpo empieza a moverse con destreza en camisa blanca, pantalones de mezclilla y zapatos negros. Los persuade a relajarse riendo y sonriendo con facilidad mientras les enseña una variación de pasos de cha-cha-chá llamados Suzie Q, antes de pasar al trabajo en parejas.

“Uno, dos, tres, cha-cha-chá, seis, siete, ocho. Muy bien, ¡échense para tras cuando lleguemos a seis!”.

Es viernes por la noche, y estos amantes de la música latina —desde veinteañeros hasta personas de la tercera edad— se reúnen para el evento social bailable mensual Noches de Salsa Caliente en el histórico distrito de Tampa llamado Ybor City que, no obstante, se esconde de la vida nocturna y los bares que se estremecen con música tecno varias calles más adelante, a lo largo de Seventh Avenue.

Estas reuniones, presentadas por Salsa Caliente Dance Studio, se celebran en el majestuoso Centro Asturiano; construido en 1914 por el Centro Asturiano de Tampa, es un club social fundado por inmigrantes de Asturias, España, y sus descendientes que procuraban satisfacer las necesidades de atención médica, seguro médico y vida social de sus miembros.

Levantado en tiempos en que los inmigrantes españoles, italianos y cubanos desarrollaban un distrito comercial y social próspero en torno a las fábricas de puros, el edificio restaurado de clásico estilo Beaux Arts —incluido en el Registro Nacional de Sitios Históricos de Estados Unidos— fue en otro tiempo utilizado por sus miembros iniciales como cancha de boliche; bar para jugar cartas, ajedrez y dominó; sala de teatro y, por supuesto, un gran salón de baile en el tercer piso para actos sociales. El edificio sigue en uso y ahora alquila sus espacios.

Los bailarines de esta noche llegan al salón de baile subiendo por la escalera de mármol, adornada con arañas de cristal y rodeada de viejas fotos de los fundadores del club.

Erika Occhipinti, la organizadora del evento y propietaria del estudio Salsa Caliente, lo considera un lugar estupendo para celebrar mensualmente esta fiesta bailable de música latina, todo en un histórico salón de baile que ofrece un ambiente libre de humo. Los eventos están abiertos al público en general y, además, les da a los alumnos de su estudio cercano la oportunidad de practicar sus pasos.

“Es un lugar muy hermoso”, destaca.

Todos los meses, el evento social arranca a las 9 p. m. con una lección de baile de otro género, ya sea salsa, bachata o cha-cha-chá. La fiesta bailable empieza a las 10 p.m. y dura hasta las 2 a.m., salpicada de representaciones de cuerpos de baile invitados y especialmente vestidos para la ocasión justo antes de la medianoche.

Cuando empieza la fiesta, que para entonces cuenta con unas 200 personas… y siguen llegando, se apagan las luces, arranca la música, empieza a girar la brillante esfera plateada y los bailarines se lanzan a la pista.

“Es un sitio formidable”, dice Ray Martínez antes de sacar a bailar a su esposa y empezar a moverse con fluidez y sin prisa por los escalones que conducen a la pista. Ya que practican artes marciales diferentes, Martínez y su esposa buscaban algo divertido que pudieran hacer juntos. Empezaron a tomar clases de baile en el estudio de Occhipinti y decidieron darle un vistazo a la fiesta de salsa mensual, que les permite disfrutar el contraste respecto al ambiente característico de un club nocturno.

“Aquí la gente viene simplemente a bailar. Es un viaje que nos remonta a otra época”.

En la pista, los bailarines tienen distintos niveles de destreza. Algunos hacen inseguros los pasos que acaban de aprender. Otros —como el caballero de camisa empapada en sudor o la dama de largas piernas que se alzan desde sus tacones de aguja rojos hasta su falda estampada de leopardo— lanzan puntapiés acrobáticos, dan vueltas, arrojan y recogen los brazos en ademanes rápidos y ostentosos.

Candace Wilson, en su vestido morado, necesita descansar y regresa a una de las mesas alineadas contra las paredes.

“Él vive para bailar”, Wilson, de 34 años de edad, afirma acerca de su prometido, Ángel Rodríguez, de 27 años de edad, que luce un elegante sombrero de ala ancha que logró mantener puesto durante toda la lección de chachachá unas horas antes. Rodríguez también regresa a la mesa para tomarse un descanso.

La pareja planea casarse en Puerto Rico dentro de unos meses y decidieron tomar clases en Salsa Caliente para poder sacudir la pista de baile en su banquete de bodas.

Es la primera vez que vienen a la fiesta bailable, pero les encanta.

“Es excelente. Recibimos clase gratis y, además, la pasamos muy bien”, comenta Rodríguez.

“Nadie te va a salpicar con su trago”, agrega Wilson. Tras unos pocos minutos, ya completamente descansada, le da un empujoncito a Rodríguez mientras señala en dirección a la pista de baile.

“¿Listo?”.

Cuando vaya…

Las fiestas bailables Noches de Salsa Caliente que presenta Salsa Caliente Dance Studio están abiertas al público en general y se celebran una vez al mes en el edificio del Centro Asturiano situado en 1913 N. Nebraska Avenue (en la intersección de las avenidas Palm y Nebraska) de Ybor City, Tampa. La entrada suele costar $12 si se compra con antelación y $15 si se compra a la entrada. El estacionamiento es gratuito. Se reciben personas de todas las edades, pero deben tener al menos 21 años de edad para comprar licor en la barra. Para conocer la fecha de las próximas fiestas bailables, obtener más información o comprar entradas, visite www.tampasalsa.com.