Soltar a la deriva cortes de cebo en las orillas de marismas de vegetación profunda, tirar aparejos líderes de acero al oleaje tibio, divisar la presa y lanzarle señuelos artificiales… hay muchas maneras de capturar los tiburones toro, limón, aleta negra y tigre que surcan las aguas del suroeste de Florida, pero todas arrojan el mismo resultado: una trepidante batalla con los depredadores más feroces del mar.
La pesca de tiburones se asemeja mucho al paracaidismo: es algo sensacional, pero hay que saber muy bien lo que se hace. Toda persona que tenga una licencia de pescar en agua salada de Florida puede intentarlo, pero el éxito y la seguridad dependen de un puñado de factores clave.
Encontrar el pez: Las marismas a orillas de canales navegables, las orillas herbosas profundas de bahías y puertos, incluso las olas: los tiburones costeros prefieren las zonas que les permiten perseguir a su presa y volver rápidamente a las aguas profundas.
El mejor cebo: No es agradable, pero es un hecho: los cebos ensangrentados y aceitosos tienen mayor probabilidad de estimular el agudo olfato del tiburón. En el caso de tiburones más grandes, las opciones son trozos de bonito, macarela, barracuda o un sábalo atlántico grande (también llamado alosa). Si se trata de pequeños juguetones de 2 a 3 pies, cortes de sardina, machuelo y camarón vivo serán suficientes.
Un empujoncito para que piquen: Los tiburones localizarán su cebo apenas hayan logrado fijar el olor, pero se puede acelerar el proceso y atraer a los tiburones de lejos creando un rastro de olor. Lo básico es colgar de una abrazadera de la embarcación un bloque de carnada en una bolsa de malla. Las olas y el agua tibia derretirán el bloque de carnada, y se esparcirán los aceites y los pedacitos molidos de pescado. Tirar cortes frescos de sardina o machuelo corriente abajo y colgar del montante rebanadas de bonito o esqueletos de barracuda refuerza los efectos de la carnada.
Cebos artificiales: Los tiburones que comen agresivamente, o a los que les estimule su cuerda de carnada, a menudo intentan morder señuelos en movimiento a poca profundidad, jerkbaits de plástico blandos y moscas que asemejan peces. Lo más difícil es lograr que se fijen en el impostor, por lo que deberá llevarle unos buenos 3 pies de delantera a su objetivo, arrojar el sedal hacia el tiburón y rápidamente pasarle el señuelo justo por la cara para que reaccione mordiéndolo.
Llevar aparejos adecuados: Desde los tiburones jóvenes hasta los matones de más de 8 pies, si trata de pescar estas criaturas dentudas sin algún tipo de líder metálico, terminará donándoles sus aparejos. Con cables trenzados números 3 a 5 podrá controlar tiburones pequeños, pero los pescadores que van tras los grandes utilizan líderes de acero trenzado especiales.
Manipular con precaución: El armazón cartilaginoso del tiburón le da una flexibilidad extrema, y hasta los muy grandes puede voltearse y morderse la cola. Nunca debe subestimar la fuerza ni la resistencia de un tiburón. Siempre controle ambos extremos del pez y enfréntese a los tiburones grandes en equipo: alguien que batalle contra el pez, al menos otro que lo monte en la embarcación o lo haga varar, y otro que le quite el anzuelo o corte el líder.
Liberar con prudencia: Los tiburones pequeños se dominan fácilmente y, por tanto, se reaniman completamente una vez liberados. Los tiburones más grandes dan mucha más pelea, por lo que deberá apoyar su captura a un costado de la embarcación sujetándola por la cola y la punta de la aleta dorsal hasta que el pez tenga la fuerza suficiente para alejarse nadando en perfecto estado. Usted se dará cuenta cuando el tiburón esté listo, y bastará con soltarlo para protegerse los dedos de cualquier sentimiento que provoque la despedida.
David A. Brown distribuye sus esfuerzos profesionales entre el periodismo convencional y las estrategias comunicacionales de mercadotecnia; además, colabora habitualmente con Sport Fishing.