Por Janet K. Keeler
Hacer un paseo por la calle Dodecanese en Tarpon Springs dice mucho sobre esta pequeña ciudad griega en el golfo de México. Y no todo se trata de su historia, aunque este pueblo de 25,000 habitantes está repleto de ella.
Entre restaurantes que sirven pulpo a la parrilla, spanakopita y ensalada griega como ningunos excepto en Grecia, hay tiendas que se especializan en jabones y joyería artesanales, además de lugares como Don Esteban y Serafín de Cuba donde encuentras tabacos liados al estilo cubano.
La tradición le ha abierto el paso a lo contemporáneo por este lado del pueblo. Es un lugar apropiado para caminar. Aquí es donde vas a conseguir esponjas de superior calidad para el cuerpo o para limpiar el auto más lujoso. Las más pequeñas de inferior calidad son buenas para aplicar el maquillaje, las más grandes de todas son fantásticas para decorar una mesa.
¿Cómo es que Tarpon Springs se convirtió en el epicentro de la herencia griega en la Florida?
Debe dársele el crédito a la Madre Naturaleza y a un empresario astuto. Al final del siglo XIX, las esponjas que crecen en el fondo del Golfo atrajeron a los buzos griegos que venían invitados por el negociante John Cheyney, quien se dedicaba a esta industria en ciernes. Los buzos griegos continuaron viniendo durante la primera mitad del siglo XX, la mayoría de ellos de las islas Simi y Kalymnos, que son parte de las islas griegas Dodecanese (de donde surge el nombre de la calle). Vinieron, se quedaron y trajeron a sus familias, se reprodujeron y así nació esta comunidad griega.
Los visitantes a Tarpon Springs van a escuchar griego en muchos lugares, y especialmente en la calle Atenas donde se ve a los hombres desgranar las cuentas de sus komboloicongregados en cafeterías. ¿Y cuál es la mascota de la escuela secundaria de Tarpon Springs? Un buzo.
La avenida principal corre a lo largo del río Anclote que desemboca en el golfo y en pantanos cercanos. Es aquí donde los pescadores han desestibado sus esponjas desde aquella época temprana y donde los visitantes pueden mejor apreciar Tarpon. En un lado de Dodecanese está el agua y el lado opuesto está bordeado de tiendas, restaurantes y panaderías. No hay estacionamiento en esta calle pero hay lotes a precios razonables y estacionamiento gratis al fondo de los negocios y en las calles laterales. Es importante fijarse en los avisos que prohíben estacionarse en espacios privados.
Lo primero en tu agenda debe de ser agarrar un puesto en el área al aire libre de Hellas Restaurant and Bakery y sentarte a mirar el show callejero. Si lo planeas bien, puede que veas el regreso al muelle del Anastasicargado de esponjas; esta es una de las pocas embarcaciones que todavía se dedica a recoger esponjas. Los visitantes que deseen hacer un paseo en barco pueden recorrer la historia del lugar en el St. Nicholas VII, donde verás una recreación a la antigua de una expedición de buzos (ya no usan aquellos pesados cascos de metal).
Hellas es uno de los muchos restaurantes griegos en el pueblo donde sirven una curiosa versión de la ensalada griega. La ensalada viene con todos los ingredientes regulares: lechuga, aceitunas negras curadas, cebolla y ají verde, ruedas de tomate y trozos gruesos del fuerte queso feta, sazonada con una condimentada vinagreta. Lo que sorprende es la bola de ensalada de papa que le colocan encima. Dice la leyenda que Louis Pappas, dueño de un restaurante en Tarpon Springs, añadió la ensalada de papa para que los buzos estuvieran mejor alimentados. Sea cual sea la razón, aquí es un alimento básico.
Los pasteles griegos son legendarios y mirar la vidriera de Hellas de verdad hace la boca agua. Agarra un número y prepárate a esperar para ordenar un baklava, galleticas de miel y especias o polvorones cubiertos de polvo de azúcar. Todos muestran los nombres en griego, de modo que no te abochornes de tener que apuntar por no atreverte a pronunciar la palabra kourabiethes (polvorones).
Para saborear el auténtico sabor griego, no dejes de visitar Mykonos en Dodecanese cerca de la calle Atenas. El restaurante es una mezcolanza de mesas que casi siempre están ocupadas. Uno de sus platos cumbre es su youvetsi, un guiso de carnero servido sobre orzo.
La cocina griega es la atracción principal en Dodecanese, pero si traes una hielera Pelican Point Seafood te da el hielo para mantener fresco el pescado que te lleves para cocinar en casa. Pelican vende pescados y mariscos que pescan en su propio traspatio, tales como mero, pargo y algunos de los camarones más grande que jamás hayas visto. Al lado está Rusty Bellies Waterfront Grill, donde sirven pescado igual de fresco. Es un descanso de la comida griega y una celebración de la rica herencia pesquera del área.
A mitad de camino por Dodecanese está el histórico Sponge Exchange donde subastaban las esponjas. En la actualidad es una mezcla de tiendas donde venden de todo, desde camisetas hasta postales, dientes de tiburón y prendas. Ah, y helado. Este es el punto donde la modernidad y la historia se cruzan. A un lado del Sponge Exchange está Emma Johnson y sus prendas hechas a base de vegetales, que consisten de semillas de tagua talladas a las que les saca el brillo y usa para hacer aretes, pulseras y collares. Las semillas vienen de América del Sur, y la tienda de Johnson es una de varias joyerías que hay en el Sponge Exchange. Aquí es también donde se puede comprar ropa de resort, con un puñado de tiendas que venden vaporosos vestidos de lino apropiados lo mismos para visitar los muelles de Tarpon Springs que para pasear por la cubierta de un crucero.
En la calle Dodecanese también está Getaguru, un proveedor de jabones hechos a mano. Tienen innumerables fragancias para escoger pero entre los jabones que más recomiendo son los de tangelo, en honor a las mandarinas de la Florida. Muy al estilo de Tarpon es el jabón de avena y leche de cabra, que siempre me llevo a casa. Muchos de los negocios en esta zona son de propiedad familiar y existen desde 1934, algo que no es extraño en Tarpon Springs, donde las raíces familiares son profundas.
Pasear por la calle Dodecanese resulta un interesante recorrido a través de la historia, con una muestra de la parte moderna. ¿Te gustaría un jabón de aceite de oliva?