Los floridanos no quieren poner patas arriba la querida tradición de Thanksgiving (Día de Acción de Gracias), deshacerse del pavo y desestimar a los peregrinos. Pero existe una fuerte evidencia de que las primeras plegarias formales de gratitud por la buena fortuna en América, seguidas por un festín de gracias, tuvieron lugar en St. Augustine, a mil millas al sur de Plymouth Rock, en 1565 – unos 56 años antes que el Día de Gracias aceptado tradicionalmente.
Los españoles fundaron su primer asentamiento permanente en Norteamérica en 1565 y los exploradores españoles celebraron el primer Día de Gracias de los europeos en América el 8 de septiembre de ese año. Los arqueólogos e historiadores han podido ubicar el sitio aproximado, que los visitantes hoy pueden encontrar en la Misión Nombre de Dios y Santuario de Nuestra Señora de La Leche en St. Augustine. Una cruz de acero inoxidable de 208 pies de altura celebra la fundación de la ciudad y marca la ubicación aproximada del primer festín de gracias.
En vez de peregrinos con altos sombreros negros y amplios petos blancos, curas españoles vestidos de sotana y exploradores con armaduras celebraron una misa católica y después compartieron una cena de gracias con los timucuanos –indios americanos tatuados y adornados con conchas marinas.
¿A qué se debió esa temprana celebración en Florida?
El 8 de septiembre de 1565, el almirante español Pedro Menéndez de Avilés llegó a St. Augustine con unos mil soldados, marineros, agricultores, clérigos y artesanos. Él encabezaba una expedición para reclamar el territorio para su rey, Felipe II de España. Ante un altar improvisado, el padre Francisco López celebró una misa de gracias por haber llegado sanos y salvos.
Una réplica de ese altar se levanta hoy en la playa, más o menos en el lugar donde –según dicen los arqueólogos– la misa fue celebrada.
El eminente historiador floridano Michael V. Gannon, profesor emérito de historia en la Universidad de Florida, describió el evento en 1965 en su libro The Cross in the Sand (La Cruz en la Arena). El almirante dio de comer a los indios y compartió la cena, escribe Gannon.
El menú no incluyó pavo.
En su lugar, el plato fuerte del primer Día de Gracias fue un guiso de ajos llamado “cocina”, confeccionado con carne de puerco, garbanzos y aceite de oliva que los españoles trajeron en sus barcos. Remojaron pan duro en el estofado y lo consumieron con vino tinto.
Los timucuanos probablemente contribuyeron con una variedad de carnes silvestres y pescado –tal vez ciervo, salmonete, bagre, tortuga, ostras y almejas. Según dicen los historiadores, otros platos probablemente consistieron en zapallos, calabazas, frijoles y una variedad de frutas y nueces. Los indios no bebían vino o ron. Probablemente sólo bebieron agua, aunque sí consumían una fuerte bebida no alcohólica de yerbas recogidas en la costa.
Hoy día, más de 200,000 visitantes vienen a la misión y al santuario cada año para pasear, rezar, reflexionar y conocer una nueva visión de la historia. Gran parte de la atracción es la capilla que contiene una réplica de la estatua de Nuestra Señora de La Leche, el primer santuario en Estados Unidos dedicado a María, la madre de Jesús. El ataúd de Pedro Menéndez de Avilés está en el museo de la misión, en una exhibición que describe la historia del catolicismo en Florida.
Todos los años, en el sábado más cercano al 8 de septiembre, la ciudad celebra su fundación con un espectáculo que incluye cañonazos, una proclamación del alcalde, discursos de historiadores y una misa en la réplica del altar.
Si Usted Va
Dónde: 27 Ocean Ave., St. Augustine, 1-904-824-2809 o 1-800-342-6529.
Horas: 9 a.m. a 5 p.m. de lunes a viernes; de 10 a.m. a 5 p.m. los sábados y domingos. El museo está abierto de 10 a.m. a 4 p.m. los jueves, viernes y sábados; los domingos, del mediodía a las 4 p.m.
Cuánto: Pasear por el sitio y visitar la tienda de regalos no cuesta nada, pero sus donaciones son aceptadas con gratitud.
Más información: www.missionandshrine.org