Practicar kitesurfing en Florida deja chiquito al windsurfing tradicional, que en comparación parece hasta soporífero. 

Por Thomas Becnel

Aun los menos talentosos en kiteboarding, gente torpe como yo que apenas podemos pararnos en la tabla y mucho menos manejar la cometa, entienden de inmediato el poder de este deporte extremo. Ya en el primer minuto de tu primera lección, puedes sentirlo en las manos y en la boca del estómago, cuando la enorme vela de la cometa amenaza con levantarte del suelo y arrastrarte por la playa.

En el agua, esta fuerza sorpresiva te va a lanzar sobre la superficie o, en mi caso, clavar repetidamente en el agua.

Practicar kiteboarding en Florida deja chiquito el windsurfing tradicional, que en comparación parece hasta soporífero. Se necesita menos viento, lo cual es bueno, pero también más espacio para maniobrar, lo cual no es tan bueno. Es más riesgoso, para ti y para la gente a tu alrededor. Definitivamente no es apto para la gente con nervios flojos ni para los timoratos.

Los instructores tienen cometas de varios tamaños y escogen una apropiada para el estudiante según su peso, nivel de aptitud física y fuerza del viento, con el fin de que todos puedan aprender y progresar sin peligro. Algunos estudiantes, en especial aquellos que saben hacer esquí acuático en tabla, se desempeñan bien. Otros, mientras tanto, luchan para lograr dominarlo, como yo, hasta que la cometa, la tabla y el practicante funcionan al unísono.

Mi vuelta durante mi primera lección duró solo unos segundos, pero la sensación la recordaré durante largo tiempo.

Las tarjetas de negocio de Kitemare (que en inglés rima con ‘nightmare’, o pesadilla), muestran la consigna de Jeff Weiss: “¡Aprende rápido, con cuidado, sube los amperes, hazlo en grande y comparte el entusiasmo!”

Um. Okey.

Weiss, nativo de Florida, comenzó a practicar kiteboarding en la primavera del 2000 y fundó Kitemare.com en el verano del 2000. Con base en St. Petersburg, esta escuela móvil de kiteboarding va a diferentes lugares para aprovechar la dirección siempre cambiante del viento y las mareas en la costa.

Los sitios más populares donde funciona son Treasure Island, la playa de St. Pete, el parque Fort De Soto y Skyway Bridge. Los principiantes comienzan con una cometa pequeña de entrenamiento para aprender lo básico. Manejar la cometa es sencillo, pero la lección a poco comienza a incluir zonas neutrales y de poder, así como aprender a maniobrar con seguridad por el borde de la ventana de viento.

Para aprender a hacer kiteboarding (también llamado kitesurfing) en Florida, la manera más segura y económica es comenzar con una cometa de entrenamiento de 2.5 – 3.5 metros. 

Los estudiantes necesitan practicar una y otra vez cómo empinar la cometa ya que tienden a dejarla caer repetidamente en el agua mientras aprenden el proceso. Esto se convirtió rápidamente en la mejor parte para mí.

El siguiente paso es deslizarse por el agua, una habilidad esencial donde el estudiante aprende a usar la fuerza de la cometa para impulsarse por el agua sin una tabla. Después lo intenta mientras dirige la cometa con una mano y mueve la tabla con la otra mano. Lo último que aprende es cómo “arrancar en el agua”, cuando coloca los pies en los amarres de la tabla y gira la cometa rápidamente para generar la fuerza adicional necesaria que le hale para subir a la tabla.

Tener todos estos detalles presentes a la vez es casi como tratar de pasarte la mano por la cabeza y frotarte la barriga a la misma vez. Cuando te equivocas, la cometa se desvía, la tabla sale volando y terminas con la cara llena de agua de mar.

El hecho de que no hubiera mucho viento limitó mi primera lección, pero como estuvo así unos días tuve más tiempo para aprender a manejar la cometa. Usé un arnés y un casco de protección con radio para que Weiss pudiera darme instrucciones sobre maniobras.

Milagrosamente, un par de veces lo hice todo bien, la tabla apareció de repente y logré hacer kitesboarding.

Weiss dice que, a diferencia del windsurfing, que toma un tiempo considerable dominar para poder disfrutarlo, la emoción de practicar kitesurfing en Florida es inmediata: enganchado a la cometa y los pies en las correas mientras me deslizo por el agua como si esquiara en agua o practicara wakeboarding, solo impulsado por el viento.

De acuerdo a la consigna de Kitemare, supongo que mis notas fueron mixtas. No creo que aprendí con mucha rapidez, pero sí lo pude hacer sin peligro. No subí los amperes y no lo hice por todo lo grande, pero ciertamente sí traté de compartir el entusiasmo.

El sitio web Kitemare.com fue creado para practicantes de kiteboarding de todos niveles. Haz clic en el sitio y tal vez también puedas decirles a tus amistades: “No solo visité Florida, ¡sino que también me gradué de kiteboarding!”