A fines de 1700 llegaron para trabajar como sirvientes. Dos tercios del grupo original fallecieron debido a las duras condiciones de vida. Pero aquellos que sobrevivieron lograron asentarse en el noreste de la Florida.

Quienes dicen haber traído los pimientos dátiles a la Florida llegaron como sirvientes para trabajar en una granja de teñido índigo cerca de lo que hoy es New Smyrna.

El escocés que los trajo dicen que fue un déspota. Andrew Turnbull, un doctor a quien se le concedió una tierra en la que entonces era la Florida controlada por los británicos, se lanzó a navegar en 1768 desde la isla mediterránea de Menorca con 1,403 personas a bordo. Llegaron bajo contrato para trabajar entre seis y ocho años a cambio de 50 acres de tierra.

La colonia Turnbull duró nueve años. La prueba de tal crueldad y de las condiciones en las que vivieron se encuentra evidenciada en las estadísticas: del grupo original de menorquinos, unos 930 murieron.

En una noche de verano en 1777, un grupo de hombres escapó y logró llegar a San Agustín. Apelaron al gobernador inglés para que usara sus tropas para liberar al resto de los menorquinos. Y así fue. El gobernador les dio un lugar para vivir en la parte baja de San Agustín.

En la actualidad se estima que entre 25,000 y 30,000 descendientes de aquellos sirvientes viven el área de San Agustín y mantienen religiosamente sus tradiciones, según Carol Lopez Bradshaw, presidente de la Menorcan Cultural Society (Sociedad Cultural Menorquina).

Cocinan platos menorquinos como sopas de mariscos con pimientos dátiles, y todos los años tiene una Celebración de la Herencia durante la cual se visten de manera tradicional y nombran a un rey y a una reina por un año. El criterio de selección incluye demostrar prueba del linaje.

Durante la Pascua, hornean los "pasteles de la Resurrección" menorquinos llamados  fromajardis, que están rellenos con queso que se eleva en forma de cruz a través de hendiduras en la masa hechas con un cuchillo.

Algunos aún hablan el catalán antiguo de sus antepasados.

Y los verdaderos menorquinos de San Agustín, en lugar de escribir la palabra en inglés con "i" (Minorcan), la escriben con "e" (Menorcan) como se escribe en catalán.