Seguramente haya oído hablar del placer de combinar comidas y cervezas. ¿Y del placer de combinar cervezas y experiencias características de la Florida? Acompáñenos a explorar el estado a través de los sabores de la cultura de cerveza artesanal de la Florida.

Algo nuevo están tramando en Tallahassee, enclavado en el centro de Railroad Square Art Park. Mientras que, fuera de los límites de la ciudad, encontramos una joya histórica, una tienda de pueblo que nos conecta con tiempos ya pasados.

Aunque separados por el tiempo y el ramo, estos dos negocios —viejo uno, nuevo el otro— avanzan impulsados por la pasión.

Proof Brewing Company

Railroad Square Art Park, morada de artistas, tallistas y escultores de la contracultura, constituye un variopinto y dinámico batiburrillo de viejos almacenes ferroviarios.

En el centro de la plaza, en un enorme almacén negro que contrasta con sus coloridos vecinos, se encuentra Proof Brewing Company.

En el patio, una amalgama de amantes de la cerveza de todas las edades —entre los 21 y los 71 años— se congrega en torno a canchas de bocha y agujeros de cornhole.

Aquí, la cerveza artesanal no impone barreras de edad. Los toldos de luces ensartadas por encima de las mesas y las sillas le dan un aire de fiesta de barrio, mientras la risa y la cháchara aportan la pista sonora de una reunión de vecinos (por supuesto, hablan de política y deportes de la Universidad Estatal de Florida, porque esta es Tallahassee). Es una comunidad hermanada por el buen gusto.

Proof Brewing está haciendo realidad la cerveza artesanal en Tallahassee. Desde las estupendas cervezas marcadas con el característico y escueto logotipo hexagonal negro de Proof hasta sus dos tiendas en Tallahassee, Byron Burroughs —fundador de Proof— tiene ya casi todo listo para empezar a exportar un producto del que pueden enorgullecerse sus vecinos.

“Vimos la necesidad de que este pueblo tuviera su propia cerveza artesanal”, explica Byron. “Apenas abrimos, hizo explosión”.

Angela Burroughs, cofundadora de Proof y esposa de Byron, comenta: “Siempre nos ha apasionado la cerveza artesanal, y particularmente es algo que siempre hemos disfrutado”.

“Aunque nos encantaría llegar a ser una marca internacional algún día, en estos momentos estamos concentrándonos cuidadosamente en el mercado local”, añade Byron.

Proof está lista para crecer a tope. A través de los ventanales de la sala de degustación, los clientes pueden ver las hileras de tanques de fermentación —con suficiente espacio para más— bombeando cervezas de excelencia.

“Creo sinceramente que Florida será el próximo gran estado productor de cerveza", afirma Byron respecto al vertiginoso panorama de cerveza artesanal del estado del sol.

“No es solo cuestión de la cantidad de cervecerías, sino de la calidad de la cerveza que producen”, explica Angela. “Podemos competir con las cervecerías de Colorado, podemos competir con las cervecerías de California. Como estado, estamos elaborando una cerveza verdaderamente estupenda.

Entre las cervezas principales de Proof figuran los tipos estándar, pero cada una tiene algo que la distingue.

“Tendemos a elaborar cervezas más atrevidas”, dice Byron. “Tratamos de ser fieles a cada tipo específico, pero con sabores más intensos y robustos”.

Además tienen incluso algunas sorpresas en barril. Mango Wit, una cerveza blanca belga, está saborizada con mango orgánico (cuenta como una porción de fruta, ¿no?)

El dulzor del mango te llega primero a la nariz, para apagarse bajo el efecto del lúpulo tras el primer sorbo. Cada sorbo reclama el siguiente.

“Aunque Mango Wit es una de nuestras cervezas más populares, también es una que surgió casi por accidente”, cuenta Angela. “No podemos negar su popularidad. Si dejáramos de hacerla, la gente enloquecería”. Desde entonces, se ha convertido en una de sus cervezas principales.

¿Necesita que le demostremos que Byron, Angela y su personal se toma muy en serio la producción de cerveza? Aquí tiene: Alteran el agua de la localidad para que su contenido de minerales coincida con el de otras famosas ciudades cerveceras.

“Utilizamos un sistema de ósmosis inversa que nos permite remodelar el agua que usamos para nuestra cerveza de acuerdo con el perfil que nos interese”, destaca Byron. “Supongamos que estamos haciendo una cerveza tipo múnich. Podemos variar el contenido de minerales de nuestra agua para ajustarlo al perfil del agua de Múnich. Este método nos permite mejorar la uniformidad de nuestras cervezas. Elaborar cerveza es íntegramente un asunto de ciencia".

Como ciencia, la elaboración de cerveza hace de Proof la mejor clase de química que haya yo tenido. Les doy la máxima puntuación.

De toda la oferta de Proof, una de sus cervezas más oscuras se destaca. Creatures in the Dark, una cerveza negra imperial a la que el sitio web de Proof llama “una siniestra delicia increíblemente balanceada”, es una fiera de cuidado. Con un 8 % de graduación alcohólica, esta medallista de oro del Campeonato de la Mejor Cerveza de Florida le devorará el seso si no la consume con moderación. Hecha de granos de cacao triturados y semillas de vainilla de Madagascar, Byron recomienda acompañar Creatures in the Dark con un postre.

Y fue entonces cuando caí en cuenta: esta sabrosa cerveza negra me recuerda a las frescas y sombreadas carreteras secundarias que serpentean por Tallahassee y se pierden en el campo más allá de sus fronteras.

La zona de Tallahassee contiene varias carreteras de dosel forestal designadas y protegidas, carreteras rodeadas de retorcidos robles vivos del que penden densas mallas de musgo negro. En algunos tramos, los vetustos árboles tapan el sol y convierten un viaje común y corriente en una travesía por cavernosos túneles naturales. La mayoría de las carreteras de dosel forestal nos adentran en lo profundo del campo a través de kilómetros de pinos y pastizales, pero algunas nos devuelven al pasado.

Bradley’s Country Store

Bradley’s Country Store, habitante inamovible de Tallahassee desde 1927, esta sobre una margen de la carretera Centerville Road.

La quietud del aire es lo primero que impresiona, acompañada solo del canto de los grillos zumbando en el aire tibio. Se ven pocos vehículos pasar cuando se suben las escaleras de concreto, desgastadas por las oleadas de clientes de tiempos pasados o de los que ahora vienen procurando saborear un poco de nostalgia. Las mecedoras, elementos esenciales de la desacelerada cultura sureña, están a veces ocupadas por personas engullendo perritos calientes con vistas al estanque y el bosque al otro lado de la calle.

Al igual que el sirope del fruto del majuelo silvestre que llena las estanterías, aquí el tiempo es más lento.

“La gente siente que vuelve a conectarse con su pasado", responde la propietaria, Janet Parker, cuando se le pregunta qué encuentran sus visitantes cuando entran por primera vez a la tienda. “(Bradley’s) Les recuerda la casa de sus abuelas. Hace que los miembros de una generación recuerden sus raíces".

En una de las mesas cercanas encontramos un damero que en lugar de fichas tiene chapas. En la gramola, Elvis y las Chordettes ocupan el prominente lugar de una era pasada. El sol atraviesa las botellas de gaseosa que revisten la ventana y arroja un arcoíris meloso sobre el áspero piso de madera.

“El atractivo para las generaciones más jóvenes es indudablemente la comida”, afirma Janet señalando la vieja nevera de Coca-Cola. “También es una experiencia instructiva. A veces tenemos que enseñarles a los chicos a usar el abrebotellas de la nevera.

¿Otro placer atemporal? Recorrer hileras de dulces. Aunque puede que los dulces a granel hayan sido víctimas de la inflación, aún podemos adquirir cuatro cajas de Red Hots por un dólar, una ganga sea cual sea la década.

A los chicos les asombra la cantidad de dulces que pueden comprar. Se pasan 20 minutos mirando los dulces mientras mentalmente sacan cuentas de cuántos pueden comprar", relata Janet. “Aprenden de dinero. “Aprenden de impuestos.

Pero como no solo de dulces y recuerdos vive el hombre, ¿qué hace que valga la pena el recorrido hasta Bradley’s?

Las salchichas. ¡Ah, que carne ahumada tal dulce la de estas salchichas! Si alguna vez Tallahassee celebrara una votación para elegir la comida que mejor representa a la ciudad, desde luego que ganarían las salchichas de Bradley’s. La receta de estas salchichas —elaboradas todas en el lugar— es sencilla, sin rellenos ni aditivos ni gluten.

Las salchichas son tan buenas que a veces el difunto exgobernador Lawton Chiles le indicaba discretamente a su escolta que pasara por allí.

“A él (al gobernador Chiles) le encantaban las salchichas con polenta", recuerda Janet. “Llegaba por la puerta trasera a comprarlas”.

Ed Chiles, hijo de Lawton, le compra polenta a Bradley’s para surtir sus restaurantes de Anna Maria Island. Las salchichas han sido incluso un atractivo para visitantes extranjeros que exploran la ruta del algodón.

“A los alemanes les encantan nuestras salchichas”, destaca Janet.

Abierta desde hace casi 90 años, esta tiendecilla en medio del campo sigue prosperando. ¿Por qué?

“Por la gracia divina”, responde Janet. “Creo que se debe a que somos auténticos. Mi padre siempre decía que si no está roto, no hay que repararlo".

Es esa pasión la que hace que esta vieja y alejada tienda de pueblo siga abierta para el goce de varias generaciones. La misma pasión que transforma un negocio de cerveza en un icono de la comunidad y en un símbolo que enorgullece a sus vecinos.

Cuando vaya de visita:

Proof Brewing Co.
Dónde:
Bar y licorería: 1717 West Tennessee Street, Tallahassee, Florida 32304
Fábrica de cerveza: 644 McDonnell Drive, Tallahassee, Florida 32310
Teléfono: 850-894-5638
Web: http://www.proofbrewingco.com

Bradley’s Country Store
Dónde:
10655 Centerville Road, Tallahassee, FL 32309
Teléfono: (850) 893-1647
Web: http://www.bradleyscountrystore.com