By Carlos Harrison

Le aguardan buques naufragados, pastinacas, estatuas y el variopinto reino de vida que domina el arrecife de la Florida. Allí están el primer parque submarino de Estados Unidos y, a la sombra de un fuerte de la Guerra de Secesión, las cristalinas aguas en las que supuestamente Hemingway conoció al capitán cubano que sirviera de inspiración para "El Viejo y el Mar".

Y no tiene que llevar equipos sofisticados: le bastarán un esnórquel y unas aletas. A pocos metros de la orilla hay muchos sitios de buceo, y para visitar lo más granado de los que no lo están, se ofrecen excursiones en lancha.

Así que... sumerjámonos:

Condado de Palm Beach

La zona de Phil Foster Park/Blue Heron Bridge, en el Canal Intracostero del Atlántico, es conocida por sus peces tropicales de colores brillantes, calamares y pulpos, rayas jaspeadas, erizos, estrellas... y hasta caballitos de mar. Revolotean en torno a los pilotes del puente y —desde que abriera sus puertas en agosto de 2012— también a lo largo de los 244 metros del arrecife artificial y sendero de buceo del Parque Phil Foster, lo que los convierte en sitios preferidos por los fotógrafos submarinos. La profundidad oscila entre 1.22 y 5.5 metros.

Breaker’s Reef, Cable Crossing y un muelle sumergido apenas se alejan de la playa del histórico Breakers Hotel de Palm Beach. Llamado así por el largo cable de telecomunicaciones que lo atraviesa, Cable Crossing ocupa entre 9 y 7 metros de agua y alberga mantarrayas, tortugas marinas, tiburones nodriza y peces tropicales. Los lugares menos profundos de Breaker’s Reef no alcanzan los 9 metros y están abarrotados de peces ángel, peces loro y tortugas marinas. Los restos recubiertos de coral de un viejo muelle rebosan de peces a tan solo 46 metros de la costa del hotel, lo que lo hace un chapuzón perfecto y muy cómodo.

Condado Broward

El sendero de buceo Lauderdale-by-the-Sea Snorkel Trail está a solo 122 metros del litoral en 3.7 a 4.6 metros de agua. Contiene dos conjuntos de cañones de concreto, un ancla de gran tamaño y un montón de lastre que reproducen los restos dispersos de un buque naufragado. El explorador submarino Jean-Michele Cousteau dedicó la zona en el 2002; actualmente, en ella pululan langostas, anguilas, tiburones nodriza, tortugas marinas, sepias, rayas y águilas de mar, entre muchas otras criaturas.

Un auténtico buque naufragado, el SS Copenhagen, yace en apenas 5 a 10 metros de agua a 1.2 kilómetros del litoral de Lauderdale-by-the-Sea. El decimonónico vapor de casco de acero encalló cuando transportaba carbón de Filadelfia a La Habana en 1900. Hoy en día, el barco de 99 por 14 metros cuadrados sirve de arrecife artificial en una reserva submarina que forma parte de los "museos del mar" de Florida.

El SS Lofthus se encuentra a tan solo 160 metros de Manalapan, en escasos 5 a 6 metros de agua. El barco velero de casco de acero varó en 1898 cuando llevaba madera a Buenos Aires. Los equipos de salvamento desmontaron lo que pudieron y dinamitaron el casco. Ahora hay efectivamente tres barcos naufragados en uno, cuyos restos se esparcen en un trecho de casi 91 metros.

Condado Miami-Dade

El parque Biscayne National Park tiene el tamaño de Austin, Texas, 95 por ciento del cual está bajo el agua, y contiene arrecifes, embarcaciones naufragadas, praderas marinas y vida animal, incluidos manatíes, delfines, tortugas bobas y peces escorpión. En él se encuentran campos de coral abanico, coral cerebro, anémonas y esponjas, todo ello en aguas de 3 metros de profundidad media. Para llegar allí se necesita una lancha, pero al menos una excursión sale de Miami Beach e incluye opcionalmente una visita a Cayo Boca Chita, en el centro del parque.

Dentro del parque está el sendero marítimo Maritime Heritage Trail, donde encontrará los restos de seis barcos que naufragaron desde el siglo XIX hasta 1966. Los más recientes pertenecen a la goleta de la empresa Windjammer Mandalay, que zozobró en Año Nuevo. El lujoso crucero de 34 metros conocido como la “alfombra roja de la flota Windjammer” reposa ahora en 3 metros de agua, rodeado de bancos de coloridos peces y coral.

Condado Monroe

El parque John Pennekamp Coral Reef State Park ostenta la distinción de ser el primer parque submarino del país y uno de los mejores lugares para bucear del sur de la Florida. Está colmado de cangrejos, langostas y camarones; erizos de mar y anguilas; pepinos de mar, galletas de mar y esponjas, por nombrar solo algunas especies. No obstante, su atracción más famosa es la estatua de bronce de 2.74 metros de Jesucristo, que se levanta a 6 metros por debajo de la superficie y es una réplica de la estatua del Cristo del abismo, sumergida en el mar Mediterráneo. El parque ofrece excursiones dos veces al día, al igual que lo hace al menos una docena de operadores privados.

Cayo Looe debe su nombre al HMS Looe, el buque británico que supuestamente zozobró allí en 1774 cuando remolcaba un barco francés que había capturado. Pero ese no es el único motivo por el que la gente va allí. El arrecife tiene 731 metros de largo, 183 metros de ancho y alberga aproximadamente 50 tipos de corales y más de 150 especies de peces. Hay peces limón, peces ángel, peces loro y barracudas, así como corales cuerno de ciervo, corales cuerno de alce y —tenga mucho cuidado con estos— corales de fuego. El parque Bahía Honda State Park ofrece excursiones de buceo dos veces al día.

Se dice que Hemingway conoció a Gregorio Fuentes cuando soportaron juntos un huracán en el Fuerte Jefferson, y a Gregorio le gustaba afirmar que había servido de modelo de Santiago en “El Viejo y el Mar”. Sea cierto o no, es comprensible que los dos pescadores hubieran estado en lo que ahora es el parque Dry Tortugas National Park.

La histórica prisión del ejército confederado se alza como el impresionante baluarte de un reino insular, rodeado de las aguas más impolutas que se puedan encontrar. Está a casi 113 kilómetros de Cayo Hueso y solo se puede llegar en barco —hay servicio regular de ferri— o hidroplano. Se puede nadar fácilmente a lugares donde hacer esnórquel, de 1.5 a 2 metros de profundidad, repletos de peces de arrecife, corales y, por supuesto, tortugas marinas (a las que debe su nombre la isla).